fredag 20 mars 2009

EL GRAN OCEÁNO BAÑA LAS COSTAS ESCANDINAVAS


Libro: El gran oceáno

Escritor: Enrique Duran

Editorial: MarDelSur

El autor, Enrique Duran, nos advierte que su obra es una crónica inconclusa, un viaje imaginario. Sin embargo, el relato, en su mayor parte en primera persona, nos inclina más bien a calificarla de memorias y que como tal tiene la libertad de acción en lo que al relato cronológico se refiere.
El tiempo ha sido siempre un tema recluyente en la literatura. El carácter irreversible del tiempo ha estado acosando permanentemente la imaginación y la angustia de escritores y poetas. Marcel Proust se consagró a la tarea de indagar en el pasado con su gran obra "En busca del tiempo perdido" (1913-1927).

El instrumento es la evocación, la memoria instintiva. Otro ejemplo, más cercano, es "Es la arboleda perdida", maravillosas memorias de Rafael Alberti. Enrique Duran, autor, poeta, escritor y director de teatro, recurre también a la memoria para sumergirse en las profundidades del Gran Oceáno.

Es la mirada de Odiseo, viaje hacia el pasado. Intento de reunir pasado y presente en una experiencia emotiva y cognoscitiva. El protagonista, Quique, que indudablemente es el propio autor inicia su viaje de retorno.en el año 91 en Punta del Este, Uruguay, duranre la gira teatral con la obra "Hay tigres en el Congo", de J.Bargum y B. Ahlfors.

Es aquí donde comienza el raconto que nos lleva a la infancia de Quique, al abandono que sufre de su padres y al cariño que encuentra en sus abuelos, nostálgicos emigrantes italianos. Quique se detiene muy a menudo para reflexionar sobre la existencia que la llena de "evergreen".

La memoria para Quique es un acto de redención.La educación seminarista, sistema represivo, de autocastración y masoquismo intelectual le provoca angustias espirituales y el despertar crítico de la injusticia social que lo encamina a la educación laica y al despertar político.El viaje es una especie de resurrección llena de poesía y malos sueños.

Es la adolescencia y el protagonista se siente "como un zorzal mojado parado en la punta de una rama".Quique lee intensamente durante su adolescencia y son Thomas Mann con su "Montaña Mágica" y el existencialismo de Sartre los que lo apuntalan en sus ideas. La adolescencia es un acto doloroso espiritual y sensorialmente.

Los enamoramientos prematuros y el sexo mortifican el alma y la piel.Las memorias de Quique son un caudal inmenso de información sobre un período determinado de la historia social, cultural y política de Chile. Corren los años 50 y de la memoria de Quique surgen personajes ilustres de la vida artística, cultural, académica y política de los turbulentos años de la postguerra. Las páginas se llenan de referencias, literarias y musicales.

Quique se detiene en detalles para contar su participación en los grandes acontecimientos que sacudieron la década del 50 en Chile. Nos habla de los estrenos del Teatro Experimental de la Universidad de Chile y del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica. De la visita del legendario Teatro Fray Mocho de Argentina. Como lector disfrutamos de las conspirativas reuniones creativas de Pedro de la Barra en el bar "La Piojera".

Asistimos a la reposición del ballet "La Mesa Verde", de Kurt Joos, bajo la dirección de Ernst Uthoff y su Ballet Nacional; y disfrutamos de los conciertos de la Sinfónica de Chile, bajo la batuta del maestro Víctor Tevah, mientras en la soledad se lee desesperadamente a Pablo Neruda y Albert Camus. Quique pertenece a la generación de muchachos que en la oscuridad de un cine de barrio se enamoran perdidamente de Eleonora Rossi Drago, Ingrid Bergman, Aida Valli. Sí, como lector tenemos mucho en común con Quique y su generación.

También hemos sufrido pérdidas dolorosas de amigos. Olas traicioneras del Gran Oceáno se han tragado sus cuerpos para siempre. Otros han sido consumidos por el cåncer en París.También muchas mañanas hemos despertado con la angustia de preguntárnos, igual que Quique, dónde está nuestro hogar. Es quizás la pregunta inevitable de los desterrados.El paisaje de la niñez de Quique está entre los olmos, encinas, pequeños bosques de eucaliptos.

Es el Paraíso Perdido. Quique promete regresar algún día para fundar una ciudad mitológica.El bagaje intelectual y literario de Quique es asombroso, permanentemente está recurriendo a autores universales para describir sus estados emocionales. Sus reflexiones sobre el quehacer literario son abundantes para afirmar rotudamenete que la literatura es un fenómeno social, histórico y político.Las páginas en que Enrique Duran describe el despertar vocacional de su protagonista son muy emotivas. Quique asiste al estreno de "Nuestro Pueblo", de Thorton Wilder, , por el Teatro Experimental de la Universidad de Chile, bajo la dirección de Pedro de la Barra. Quique se siente "polvo, mas polvo enamorado" (Francisco Quevedo). La vocación se fortalece con la lectura de la revista Pro Arte: "Pro Arte me enseñó a ver que todo lo que el hombre hace y crea es, en buenas cuentas, cultura; vivir es un oficio y hay que aprenderlo".

De pronto en la vida de Quique surge un personaje que es transcendental para su vida posterior. Se trata de Fernando Bellet, chileno que montado en un tanque entró con las fuerzas de De Gaulle que liberaron a París en 1944. Bellet pertenece a la generación de militantes de izquierda desencantados pero que siguen en su tarea militante. Son los años de la Guerra Fría y del existencialismo; de Juliette Greco que transforma "Las Hojas Muertas", de Kosma y Prévert, en el himno de toda una generación.El encuentro con Bellet es decisivo.

Quique se incorpora al Frente del Pueblo, agrupación política que tendrá gran influencia en la nueva generación de la izquierda chilena.Hay recuerdos descritos con lirismo apasionado. Quique relata con gran ternura su niñez y el calor de hogar que le dieron unos abuelos, corriente de antepasados venidos desde un lejano pueblo italiano - Viterbo - también en busca de un Paraíso Perdido: la gran América. Y el azar los llevó a las costas de Chile y ellos creyeron, en un arrebato mediterráneo, que desembarcaban a pocos kilómetros de Nueva York.Las palabras de Quique son muy reveladoras: "El pasado contiene el futuro y toda mi memoria. El espejo donde puedo reconocer caminos ocultos, senderos escondidos que me ligan a otros".

Más adelante concluye: "Las historias de mi abuelo, de mi padre, se repiten en mi"."El Gran Oceáno" es un libro que estimula la memoria de cada lector, que más de alguna vez, se sorprenderá viviendo las mismas experiencias de este moderno Odiseo.


El libro de Enrique Duran, "El Gran Oceáno", será presentado por su autor el 6 de mayo, a las 12,00 horas, en la Librería Latinoamericana, Drottningg. 91, Estocolmo.


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Jorge Arrué


Publicado en continente.nu el : 2006-05-01 obtuvo 1583 Muestras

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