fredag 20 mars 2009

Violeta Parra, Viola Chilensis.


La última vez que la vi fué en su Carpa, allá en La Reina. Era fines de enero del 67.

Enrique Duran


Hace 40 años Violeta Parra se suicidó de un balazo a la cabeza, en su Carpa de la Reina. Era el 4 de febrero de 1967. En los cuarenta años transcurridos a la fecha, la Viola se ha convertido en uno de los símbolos más auténticos. y vivos de nuestra herencia cultural. Ella, la mujer campesina, hija de campesinos, la que andaba a ”pata pelada” en ese Museo Folklórico de Concepción que ella creó, se ha convertido, después de su muerte, en una de las personas más vivas y creadoras de nuestra América del Sur. Sus canciones se cantan allí donde uno menos se lo espera. En los prostíbulos de Talcahuano o de Valdivia, en las Casas de Arte y de Concierto de ciudades latinoamericanas y europeas. Hace unos meses asistí a una recital de sus canciones en la Librería Latinoamericana de Estocolmo. Fué un recital muy bello donde Patricio y Ana interpretaban las canciones de Violeta con un estilo nuevo, diferente.

Y sin embargo, seguías escuchandola a ella, su voz inconfundible, su manera de frasear y de decirte ” no estoy haciendo poesía, ni siquiera música, te estoy contando una verdad, te estoy haciendo intérprete de lo que más siento y lo que más me duele.”

” Chile limita al Norte con el Perú y con el Cabo de Hornos limita al Sur…
” linda se vé la Patria, señor turista, perono le han mostrado las callampitas…
” Corazón maldito….”
Run Run se fué pal Norte, no sé cuando vendrá…
” Volver los diecisiete después de vivir un siglo…
”Y no sigo. Porque las lágrimas acuden a mis ojos y nuestros padres nos contaron que los hombres no lloranLa conocí en esa ya legendaria Radio Chilena.

Legendaria por su amplitud y pluralismo. Católicos y comunistas se daban la mano y construían juntos la esperanza en un mundo mejor. Y esto era cuando la Guerra Fría estaba muy caliente.

La Viola cantó allí, una hora a la semana, durante muchos meses, lo mejor de sus investigaciones folklóricas y de su primer repertorio.

Yo estaba sentado en el Estudio de Audición cuando la escuché cantar por primera vez ”Casamiento de Negros”. Era un texto tan cruel y tan hermoso. Una música casi monótona pero que hería como una espada.

Los ”negros” de su texto eramos todos nosotros. ” Mapuches, guasteques, los pobrecitos de la ciudad y el campo” , respondió ella cuando le pregunté ingenuamente quiénes eran ”los negros”.

A los 20 años uno es todavía un tonto sin remedio


"Se ha formado un casamiento
todo cubierto de negro:
negros novios y padrinos,
negros cuñados y suegros.
Y el cura que los casó era
de los mismos negros.

Cuando empezaron la fiesta
pusieron un mantel negro,
luego llegaron al postre:
se sirvieron higos secos
y se fueron a acostar
debajo de un cielo negro.

Y allí están las dos cabezas
de la negra con el negro
y amanecieron con frío,
tuvieron que prender fuego.
Carbón trajo la negrita,
carbón que también es negro.

Algo le duele a la negra.
Vino el médico del pueblo,
recetó emplasto de barro,
pero del barro más negro
y que dieran a la negra
zumo de maqui del cerro.

Ya se murió la negrita,
que pena pa’l pobre negro.
La echó dentro de un cajón,
cajón pintado de negro.
No prendieron ni una vela:!
ay que que velorio tan negro!

Ella construye una octava de seis versos. Y con ello renueva y enriquece toda una tradición campesina de la zona de Chillán al Sur. La hace propia y será en el futuro una de sus banderas musicales y poéticas. A la Viola la encontrabas en todas partes. En las primeras Ferias de Artes Plásticas en el Parque Forestal de Santiago.

En las Ramadas del Parque Cousiño para el Dieciocho. Animando, cantando, organizando.Era múltiple. Se enojó conmigo cuando estrenamos ”La Princesa Panchita” de Jaime Silva en el Tercer Festival de la Escuela de Teatro de la U. de Chile. ”Por qué no me pediste que hiciera la música, huevón? ”, me preguntó muy enojada. Yo era el Director de la obra. Y no se lo pedí porque ella era una persona muy ocupada y llena de actividades. Había creado el Museo Folklórico de la Universidad de Concepción. Y se había ido a vivir a esa ciudad. Pero después me abrazó y me dijo: ”Bah, no importa.Esa Princesa Panchita es muy huevona. Debió haber mandado a la cresta a a la mamá Reina y al papito Rey y casarse altiro con Juanito, el campecha que la quería de verdad. ”La última vez que la vi fué en su Carpa, allá en La Reina. Era fines de enero del 67. Tenía planes. Quería todavía hacer de la Carpa un Centro Cultural, a pesar de la indiferencia de las autoridades culturales del país.
Le dije que podríamos hacer, quizás, teatro, traer otros conjuntos. Sonrió tristemente. Me dió las gracias. ” Estoy vieja”, dijo.” El mundo es de los jóvenes. El mundo pertenece al Chino.” Yo sabía que el Chino era su gran amor, el francés. Pero no sabía que habían terminado. Ninguno de nosotros pudo imaginar que Violeta estaba destrozada, aniquilada. No eran los problemas económicos, o los de La Carpa. Ella siempre había salido adelante con todo y contra todo. Ella era Violeta Parra! Pero los tiempos estaban cambiando a velocidades supersónicas. La gente se agrupaba y se identificaba conlas imágenes que la juventud lanzaba en desafío a la época, a la historia. Angel, Chabela Parra, Víctor Jara, Patricio Manz, El Inti, los Quila, todos ellos eran voces jóvenes. Herederos y deudores de Violeta. Las voces de un nuevo desafío ante la historia.Con su muerte, Violeta nos dejó un legado.

Somos humanos. Somos tristes y perecederos. Es decir, nos vamos a morir. Pero antes de morirnos tenemos una vida entera que construír junto a nuestros hermanos.Y entonces, entendiendo eso, podemos cantar otra vez:Me mandaron una cartaPor el correo temprano.En esa carta me diceQue cayó preso mi hermanoY sin compasión, con grillos,Por la calle lo arrastraron, sí.La carta dice el motivoDe haber prendido a RobertoHaber apoyado el paroQue ya se había resuelto.Si acaso esto es un motivoPresa voy también, sargento, sí.Yo que me encuentro tan lejosEsperando una noticia,Me viene a decir la cartaQue en mi patria no hay justicia,Los hambrientos piden pan,Plomo les da la milicia, sí.Gracias, Violeta. Con tu muerte no acabaste con tu vida. Estás viva, como el Ché, como Camilo. Como Tupac Amaru. Como miles, millones que forman esta hermandad de la esperanza humana.

Publicadoen continente.nu el : 2007-02-07 obtuvo 2983 Muestras

Inga kommentarer:

Skicka en kommentar